Cuando los trabajos se intensificaban y de a poco los generadores que llegaron al Departamento se ponian en funcionamiento, una lluvia comenzo a hacerse sentir en la ciudad. Tal cual explicaron de ENERGÍA CATAMARCA SAPEM, y apelando a la lógica los trabajos no pueden realizarse como debería ser ante la caida de agua en la localidad. Se conoció que de a poco en el casco centrico se reestableció el servicio pero de manera parcial, lo que llevó a que los vecinos de otros barrios aledaños como Barrio Centenario, Barrio 12 de Julio, Barrios y zona sur, así como los distritos expresaran sus molestias ya que consideran que ellos necesitan el servicio de manera más urgente ya que están alejados de los centros de compras entre otros.
Las versiones policiales indican que malvivientes habrían intentado ingresar a algunos domicilios en la zona sur de la ciudad y que el clima social sigue exaltado, ya que aparte de el temor por saqueos y robos, se le suma el malestar por los precios en los productos de urgente consumo que siguen elevados, velas, espirales, hielo, luces de emergencia, que en éste último caso, las que costaban entre $250 pasaron a $500. Vecinos y comerciantes optaron por comprar estos elementos o generadores en la capital Catamarqueña debido al aumento en Andalgalá.
Sin duda uno entiende que las manifestaciones y pedidos por parte de la comunidad son entendibles pero que los trabajos que se realizan son de manera rápida ante la situacion que no debemos dejar de lado y aceptar como tal, un desastre natural que afecta a los vecinos de Las Estancias. La paciencia y la calma servirían más en una localidad que lo que menos necesita es que unos vecinos sean la excusa para que otros, los que se aprovechan de la situación comiencen a cometer robos y saqueos escudados en una necesidad. Eso, es lo que menos necesitamos.
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