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viernes, 29 de octubre de 2010

Radicalismo actual

La realidad nos indica que el radicalismo local de Andalgalá atraviesa por una honda crisis, no solamente en términos electorales, sino de valores y de debate entre dos sedes partidarias, cada una con metodologías, actores y postulados diferentes. Esta situación se potencia si se tiene en cuenta que las elecciones generales se realizarían en marzo próximo, es decir, en unos cinco meses, es decir, pasado mañana.En este contexto, propios y extraños aseguran que “Scaltritti ya fue”, debido a los muchos pecados de ausencia y omisión en los que incurrió el virtual senador de Andalgalá, por lo que un nuevo problema debe sortear el partido de Alem e Irigoyen: la búsqueda y posicionamiento de un candidato para reemplazar al intendente José Perea, en un nuevo intento por “tomar” el municipio.

Son muy pocos los que apuestan al actual presidente del comité departamental, Alejandro Páez, por el simple hecho de ser adherente a la CPR, de haber ganado la interna y de contar con algunos apoyos que el resto no tiene. Últimamente se estuvo especulando mucho –tal vez demasiado- con el nombre del actual interventor de la ex Ca.Pre.S.Ca, que a su vez vive una realidad personal y profesional que nada tiene que ver con la realidad andalgalense.

Descartado éste, un nuevo nombre comenzó a sonar en los mentideros. Se trata de un joven empresario de la construcción, afiliado radical pero de muy bajo perfil político y que en algún momento habría comentado que “estaría bueno, podría hacer muchas cosas che, pero no se…”, lo que estaría marcando su escasa vocación de poder, contrariando a lo que Andalgalá necesita en estos momentos de turbulenta abundancia.

Por de pronto y mientras internamente tratan de acomodar cargas, en el seno de la sociedad local crece el comentario de que los dirigentes radicales andalgalenses son una especie de cómplices de Brizuela del Moral por todo el daño que le ha causado este gobierno al departamento; cómplices, desde el momento en que tratan de defender lo indefendible y ocultar lo inocultable, por lo que siempre sale perjudicado el pueblo.

Cree la gente que “un gobierno que no está en condiciones de garantizar los elementales servicios –deberes del Estado- de salud, educación y seguridad, simplemente debe irse”. Sobre ese particular, es harto conocido el abandono que Andalgalá ha sufrido en estos últimos años de gobierno del FCyS, sobre lo cual huelga ahondar porque ya está escrito y descripto en las páginas de este medio.

Fuente:Catamarca Actual

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