Lo decidido
por la Junta Electoral
del Radicalismo en víspera de una elección interna, ha dejado patitieso a más
de uno, propio y extraño porque también ha dejado al descubierto la inocultable
vocación antidemocrática de un sector del radicalismo que se encolumna en la
impronta del proceso de Reorganización Nacional, es decir, el “Castillismo” y
el Brizuelismo”, en franca oposición a lo que proponen las nuevas generaciones
de radicales, nacidos y crecido a la luz del regreso de la democracia.
Si la
intención de Oscar Castillo y Brizuela del Moral ha sido la de unificar al
partido, disperso luego de la derrota del 13 de marzo, podemos asegurar que la estrategia no ha sido
la más adecuada ya que no se construye excluyendo, sino incluyendo, para
detener la casi inevitable fuga de militantes que buscan un futuro más
democrático y participativo.
Alejando
Páez, el gran damnificado en términos de partido, ha salido beneficiado y
absolutamente fortalecido en esta compulsa que nada tiene de racional, ya que
en su larga trayectoria de rechazos, ninguneos y zancadillas, hace pensar al
electorado que en realidad, los popes del radicalismo le tiene miedo a este joven dirigente que se ha
ganado, solito y sin un mango, nada menos que el municipio de Andalgalá, uno de
los más ricos de la provincia.
Estuvimos
hablando con él y nos aseguró que lo decidido por la junta electoral no lo
sorprendió para nada y que a pesar de ello, sigue firme en su decisión de
refundar el radicalismo desde Andalgalá, siempre a partir de la militancia y el
compromiso para con la gente que es el principal destinatario del accionar de
los dirigentes.
Por de
pronto, en los próximos habrá novedades acerca de una importante convocatoria
que se realizará desde el Comité Departamental de la UCR de Andalgalá, para debatir
la actual situación partidaria, el rol de oposición que le tocará asumir y los
pasos seguir.
Lo que no
nos cabe dudas es que Castillo y Brizuela comenzarán a jugar a perder, apostando
solamente a ungir cinco o seis diputados (amigotes y/o parientes de ellos), legitimando el poder
de turno, tal como lo hacía Ramón Saadi luego de su estrepitosa caída, que lo
condujo al quinto infierno para que nunca más pueda resurgir. La lógica nos
indica que el mismo proceso tendrá como excluyentes protagonistas a los otrora
hombres todopoderosos, Oscar Castillo y Eduardo Brizuela del Moral. Nos indica
también que el nuevo tiempo radical correrá de la mano de Alejandro Páez.
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