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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Volvió la Paz?

Después de numerosos desvelos volvió la calma a “La Perla del Oeste”. Tal vez porque, como señala Morin, comprendimos que la política debe dejar de ser concebida como el “arte de gobernar” y dar paso a “la práctica de relaciones políticas en sociedad”.Buscando el orden en el desconcierto conseguimos un poco de paz, que es preciso consolidar con más diálogo para no perder lo que con tanta voluntad buscamos. Hoy el clima en Andalgalá es otro. En medio de una suerte de retorno a la paz social, los andalgalenses dejan ver su rostro relajado después de la rigidez que le provocaron las posiciones encontradas que tensionaron su cara. Quedó claro que aunque sólo por razones coyunturales se forzó la puerta equivocada, y que no hay algo así como una “violencia buena” como para contraponerla a una “violencia mala”. Era lógico. Una sociedad no puede hacer pie en quienes no comparten en los hechos el beneficio del republicanismo. Democracia y representatividad son valores que se mantienen firmes y vigentes a pesar del desgaste al que son sometidos deliberadamente o inconscientemente.
¿Y ahora qué? Hay que sentarse a conversar. El sayo nos cabe a todos. La responsabilidad es del Gobierno provincial y nacional, de los partidos políticos, de los dirigentes, (públicos y privados), del periodismo, las empresas, los vecinos, sin excepciones. Como dice Borges: “Nadie es la Patria, pero todos lo somos”. Entre todas las infinitas partes que conformamos este conjunto de personas bien intencionadas, debamos encontrar el camino para poner de pie el futuro que todavía no fue. Diseñar proyectos en todas las escalas: micro, meso y macro. Ese es el desafío.El todo es la suma de las partes que la componen. Es la hora de robustecer ideas, acuerdos políticos y sociales. Planificar no sólo en pequeño sino también, y sobre todo, en grande. Ponerse aquí y ahora metas ambiciosas pero alcanzables, teniendo en cuenta que cuando no se da con respuestas preliminares -cuidando el marco y aprovechando un clima propicio- las soluciones aparecen solas, como simple producto de un contexto favorable.
La teoría apocalíptica Atrás quedó la leyenda del fin de la historia, de una versión regional de la Apocalipsis de los pueblos que conviven con la minería. Relatos que en realidad nunca faltan y que vuelven cada tanto, como la interpretación que sostiene que el 12 del 12 de 2012 será el final. No hay que asustarse, sucede cada vez que una coincidencia numérica alimenta la imaginación. Con el respeto que se merece el sistema Maya, quienes somos creyentes, según reza El Libro, el último día puede ser cualquiera, por eso sugiere a través de la Palabra (o mejor dicho el Verbo) que debemos estar siempre atentos. No está de más recordar que, como sabemos, en materia religiosa sólo hay una verdad. Los demás son todos cuentos (mitos) producto de la desesperación. Ecología o cuidado ambiental suenan muy bien en los oídos de la gente y de eso no falta quienes se aprovechan del tema para comunicar sus miedos.
Sin magia Es tiempo de reconocer que es mejor actuar y ponerse de acuerdo, que devanarnos los sesos en disputas inconducentes teniendo en cuenta que “estamos sólo de paso”. Lo que cuenta o lo realmente importante es el esfuerzo, el trabajo en equipo y la legalidad que tanto predicamos y que tan poco ponemos en práctica.En esta historia no existe la magia como en las aventuras de Harry Potter, ni tampoco cuentan los talentos individuales excepcionales, que por otra parte no tenemos. Nos saquemos de la cabeza, de una vez por todas, el gol del Diego a los ingleses en el Mundial ´86, luego de la más fenomenal apilada de contrarios que se recuerde en la historia del fútbol. O la mal llamada “mano de Dios” en ese mismo partido (que por otra parte no fue más que una avivada del 10). Ajustemos políticamente donde tengamos que ajustar y nos concentremos en lo nuestro, pensando en lo que nos falta para que nuestro destino no se demore más. El desarrollo económico sustentable no se producirá sin las decisiones políticas y sociales que apuntalen nuestra convicción, en voz alta y sin miedo.La lucha por una identidad que contemple nuestras fortalezas y debilidades catamarqueñas emerge como una prueba de debate íntimo. Por supuesto, con sus límites lógicos y naturales, pero ahora recreando en un clima de paz, seguramente generará otros consensos.Como bien sostuvo Mahatma Gandhi: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.






Fuente: Opinión; Diario la Union
Juan Carlos Andrada

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