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jueves, 16 de septiembre de 2010
OPINIÓN MEGA OBJETIVA
Opinión 16/09/2010“Ningún lugar está lejos”
Por Juan Carlos Andrada
.. Si no podemos establecer una relación armónica entre los hombres, ¿cómo lo conseguiremos entre la sociedad y la naturaleza?
Más allá de la búsqueda permanente de un acuerdo político y social en Andalgalá, es necesario recordar que al tema del medio ambiente debemos pensarlo en el ámbito y la competencia que corresponde, es decir, la Secretaría de Minería de la provincia.
La necesidad de lograr mayor participación comunitaria, no debe confundirse con la autoconstrucción que hizo un grupo de ambientalistas, que imagina ser una especie de “policía ciudadana”, y que ordinariamente en su comportamiento excede el tema exclusivamente ambiental.
Hoy están decididos a ir por las mineras y a echarlas -según dicen- porque contaminan. Mañana, ¿Van a ir por la industria del plástico, la goma o el cuero, por el uso del cianuro? O tal vez, se les ocurra ir en contra del sistema capitalista, y entonces ¿le van a dar 30 días para que se vayan los bancos? O quizás, por estar en contra de la globalización, con sus productos y lugares idénticos en todo el mundo, prohíban la instalación de los shoopings en la provincia e incluso tomar Coca Cola en nombre de la regionalización y las raíces. La fundamentación, en todos los casos, es la misma.
De manera que no caben dudas de que los conceptos están alterados. En realidad dados vueltas. Que sepamos, no ha cambiado de manos la administración de la justicia ni tampoco se puede pensar el medio ambiente obviando los organismos de control y aplicación de la normativa.
Sofocada la institucionalidad de la Justicia, estos grupos pretenden asumir el rol de custodio de los derechos del ciudadano común, desafiando a las pedradas a los otros poderes instituidos (el Ejecutivo y el Legislativo).
Pero lo cierto es que ningún ciudadano ni grupo de personas tienen la potestad de dar 30, 60 ó 90 días para que una empresa -cualquiera fuera- se vaya de la provincia y, peor aún de escandaloso desde el punto de visto institucional, teniendo en vilo a toda una sociedad. Aunque sean 100, 500, ó 1.000 los habitantes que no están de acuerdo con una actividad, sea minera u otra cualquiera.
La única forma de canalizar reclamos o inquietudes sociales sobre temas ambientales, o la pertinencia o no de la instalación de una empresa minera, es a través de la autoridad de aplicación, es decir la secretaría de Minería de la provincia.
No hay otro camino. Es eso o, caso contrario, rondar con el torso desnudo, las empresas y las instituciones, con los bolsillos llenos de piedras para caminar por fuera de la normativa vigente, y esperando ser contenidos por las fuerzas de seguridad bajo riesgo de repetir otro 15 de febrero. Situación que nadie quiere. ¿Verdad?
Entonces, alcanzar un acuerdo político – social, que sí necesita incluir a todas las partes, requiere además redefinir conceptos que se han visto trastocados por la obsesión de grupos antimineros.
Dejar de mirarnos el ombligo
Esa es otra cosa que deberíamos hacer: “desideologizarnos”. Hay que dejar de mirarnos el ombligo y considerar que mientras nosotros estamos guiados fuertemente por la ideología y obsesionados con la historia, los asiáticos (China o la India) se guían por el pragmatismo y están más bien obsesionados con el futuro. Tendríamos que copiar aunque sea un poco de ese pragmatismo y de esa obsesión.
Y ya que estamos... China, la India, Irlanda e incluso Chile, miraron con atención qué estaban haciendo otros países exitosos y comenzaron a reducir la pobreza dramáticamente desde el momento en que se insertaron en la economía global, abrieron sus economías y apostaron a volverse más competitivos. No olvidemos además que la Argentina creció en los últimos años gracias al incremento de las materias primas y las exportaciones.
Hay estudiosos en el mundo que dicen que en 30 años el litio va a ser prácticamente como hoy el petróleo y en el norte de Argentina y en particular en Catamarca, tenemos grandes reservas, al igual que en Bolivia y en el norte de Chile. Ya hay empresas de todas partes del mundo que están viniendo a nuestro país y nuestra provincia para estudiar el tema e invertir.
En otras palabras, entre la población y el sector privado se debe generar una correlación, una reciprocidad tal, que pueda darse una nueva “refundación” de la sociedad, pero anclada ahora en temas hasta aquí no convenientemente abordados, como el trabajo y el medio ambiente.
Lo digo de otra forma, e integrando la anterior mirada al mundo, mientras los países desarrollados se ponen de acuerdo sobre cuáles serán las diez carreras universitarias más importantes para las próximas décadas y, a partir de ahí, asignarles los recursos para el futuro, aquí un grupo de ambientalistas se oponen a que las Universidades reciban fondos porque ideológicamente están en contra de la actividad minera. ¿Se nota la diferencia?
Pensar es “pensarse con otros”, si no, es autismo. La tarea de una refundación social sobre la base de una convivencia pacífica exige una clara comprensión de cómo puede encauzarse este objetivo. No podemos seguir confiados en la creencia de que Dios es argentino, y que no nos va a abandonar en la pobreza.
Aún ante una justicia lenta, tenemos que poder convivir. Como escribe Richard Bach en su libro, para los seres con imaginación, “Ningún lugar está lejos”. A no ser que la imaginación esté escaseando o que la concibamos como la loca de la casa.
Fuente Diario la Unión
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